Hay veces que el destino interfiere para que ciertas cosas sucedan. El matrimonio de Cote y Felipe fue algo del destino. Nos habíamos juntado meses atrás para conocernos y conversar un poco, ellos unos divinos, me contaron acerca de sus dos hermosas hijas, las cuales los acompañaron en todo el proceso del matrimonio. Como no sabíamos si iba a ser su fotógrafa hasta un mes previo a su fiesta, la fecha la tenia libre para otros clientes, y aquí es donde el destino interfirió, ya que no hubo nadie mas escribiéndome por su fecha. La verdad fue un acierto, lo que mas me encantó fue la emoción de sus palabras en la ceremonia, como se conocieron tan pequeños y como este amor fue creciendo hasta el día de hoy.
Un abrazo a los 4 y lo mejor para esta nueva etapa!